
Hace mucuuchos años atás, en las noches de discoteca del verano, más de uno se vio sorprendido cuando escuchó en medio de un ritmo dance los balbuceos incomprensibles de un bebé. Se trataba de un rubio niño francés, con cara angelical y una vocecita fina, llamado Jordy. Lo que para algunos eran balbuceos, no era otra cosa que la frase en francés “Dur dur dètre bèbè” (“es difícil ser bebé”), título de la canción que fue hit durante más de un verano, en la que el infante relataba lo sacrificada que es la vida de los bebés, sujetos a prohibiciones y tiranías de los padres.Algún mecanismo psicológico oscuro convirtió este tema en un éxito entre chicos y grandes. El primer disco de Jordy, Pochette surprise, vendió diez millones de copias y el tema del que hablamos se mantuvo en el número uno del Top 50 por quince semanas consecutivas. Entró al Récord Guiness como el cantante más joven en obtener un número 1 y llegar al Top 100 de la Billboard.El éxito fue mundial. Los padres de Jordy -productores, compositores y cantantes, los cabecillas del proyecto- lo arrastraron a una gira mundial. Los jeques árabes le ofrecían limusinas, los niños y adolescentes lo adoraban, los más grandes bailaban a su ritmo en las discotecas. Luego de editar dos álbumes más, los padres de Jordy decidieron explotar al máximo su pequeña mina de oro. Crearon" La Granja de Jordy", un espacio bucólico combinado con un parque de atracciones, donde chicos y grandes podían conocer al blondo cantante mientras interactuaban con ponies, cabras y demás representantes del reino animal.Finalizando 1994, hasta el gobierno francés pareció notar algo raro: sus canciones y apariciones frecuentes fueron prohibidas en radio y televisión, al considerarse que el niño estaba siendo explotado por sus padres. La Granja fue cerrada dos años después, los padres de

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